jueves, 23 de diciembre de 2010

Escrituras de ratificación/escrituras de suspensión

Roberto Ferrorferro@filo.uba.ar
Escrituras de ratificación/Escrituras de suspensión
Este es el primer fragmento de una serie en la que me propongo reflexionar especulativamente en torno de tres asuntos íntimamente entrecruzados y que, según creo, caracterizan los modos de lectura de los textos que hacemos participar de la literatura: éxitos, linajes y cánones.
Partiendo de la idea de que no hay cesuras entre las múltiples modalidades de escritura y el mundo, puesto que el “mundo” no consiste en colecciones o agrupamientos diversos de cosas, sino en campos de significados que van articulando zonas de pasaje y equilibrio con zonas de tensión y conflicto (debo reconocer mi deuda con el concepto de campo electromagnético de J.J.Thompson más que con el de campo intelectual de Pierre Bourdieu), es posible, entonces, trazar imaginariamente una cartografía de la diferencia que se tiende entre escrituras de ratificación y escrituras de suspensión. Diferencia referida a la magnitud de la significación posible que las escrituras ponen en juego en las innumerables escenas de lectura a las que son atraídas. (Los textos no pertenecen a un género en particular ni se pueden incluir en categorías o taxonomías excluyentes, sino que participan de varias de esas posibles alternativas sin ninguna exclusividad dispuesta a priori. Si bien es indiscutible la concepción de que son los lectores quienes inscriben los textos en los géneros, la plasticidad y la dimensión significativa de la escritura es la instancia primordial que promueve la multiplicidad y la complejidad de esas lecturas.)
Esa diferencia que se tiende entre las escrituras de ratificación y las de suspensión no es de orden cuantitativo porque es incalculable, no depende de una unidad de medida que la verifique; sí, en cambio, supone la posibilidad de delinear un rango dominante que las distinga; de ello resulta también que los términos en cuestión no forman parte de una oposición dicotómica, sino que designan los puntos extremos de un continuo en constante expansión. Las escrituras de ratificación aparecen re-presentando una con-figuración de significados con un algo grado de estabilidad fundados en ciertos parámetros re-conocibles, que habilitan la fascinación de la ilusión mimética y de los regímenes escópicos vinculados al espejismo de las figuraciones múltiples y cambiantes de la correspondencia o la imitación como categorías modélicas de la verdad (dejo constancia de mi deuda con Christian Metz en relación con el concepto de regímenes escópicos, que de una reflexión en torno de la imagen cinematográfica traslado a la letra literaria. Lo que el ojo que lee constituye como legible en las escrituras de ratificación está vinculado con estructuras aceptadas por la razonabilidad de la doxa que funciona como la clausura de la proliferación del sentido.). Las escrituras de suspensión perturban las jerarquías de significados estratificadas y/o estereotipadas; por lo tanto, desplazan la re-presentación instalándose en la deriva de una semiosis infinita. Las escrituras de ratificación representan un mundo que las precede, las escrituras de suspensión postulan el advenimiento posible de un mundo no-representable. (Finalmente, ratificación y suspensión reconocen una cierta genealogía próxima a lo legible y lo escribible de Roland Barthes).
A la manera de un folletín semanal, este fragmento se cierra con una espera.
(Continuará)
Roberto Ferro

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